Frecuentemente, las personas educadoras en familia, sobre todo europeas no anglosajonas ni vinculadas a esa órbita cultural, encuentran a faltar referentes cotidianos en los que, ya no digo se reflexione, sino que simplemente se refleje nuestra opción educativa. Empecemos, pues, a aportar todo tipo de ejemplos en relación con el sentido de esta nueva entrada en nuestro blog, y les emplazamos a Uds. a que hagan lo mismo, estaremos encantados de recibir sus propuestas y comentarios.
Iniciaremos esta línea con algunos referentes literarios. Hace unos años tuve el placer de leer una novela de una autora griega, Alki Zei, todo un clásico contemporáneo en su país, creadora de la famosa La guerra de Petros. Se trata en este caso de El tigre de la vitrina, en la que las niñas protagonistas reciben clases en el hogar familiar por parte de su abuelo, todo un personaje que se sabe los enteros versos de Homero de memoria, en la época convulsa de finales de los años 30 del siglo XX, con la guerra civil española de fondo y el ascenso de los autoritarismos de uno y otro signo, precisados en el libro en la dictadura falangista del general Metaxás en la Grecia de 1936. Les cito un par de párrafos de la obra:
"-Si no te aprendes bien aprendidas las tablas de multiplicar, no podrás ir nunca a una escuela de verdad- dijo el abuelo, y nos envió a la cama. Yo voy a segundo grado y mi hermana Mirtó a cuarto. No vamos sin embargo al colegio, el abuelo nos da clase en casa. Cada año nos examinamos como estudiantes "libres" y pasamos de curso. No nos quieren llevar a la escuela pública porque, como dice el abuelo, hay tantos niños en cada clase que puede transcurrir medio curso sin que te hayan sacado a recitar la lección. También está en nuestro vecindario la escuela particular del señor Karanassis, pero esta, dice papá, no es "para nuestro bolsillo".
Pamela Sargent |
Más referencias a la educación en casa en obras literarias: en este caso, en dos narraciones de ciencia-ficción, ambas de dos escritoras estadounidenses que cultivan este género, la primera, Rosas azules, de Pamela Sargent, y la segunda, Piggy, de Kit Reed -no me resisto a ponerles el enlace a una interesante entrevista traducida al español a esta última autora... pinchando aquí...- .
En la primera narración, Ester, la niña protagonista, añade a su condición de judía, hija de una superviviente de los campos de exterminio alemanes, en los Estados Unidos segregacionistas y racistas, el hecho de ser "simpática", esto es, tener la capacidad paranormal de sentir en propia carne el sufrimiento y el dolor ajenos, lo que le acarrea entre otras cosas no poder soportar la presión de la escuela. Les cito algunas frases:
[...]"Mamá y papá no nos enviaron al colegio hasta que hubimos cumplido la edad establecida por la ley. Entonces ingresamos en la pequeña escuela pública del pueblo". [...]El primer curso, en su mayor parte, me resultó muy aburrido; Simon (el hermano gemelo de la protagonista) y yo ya sabíamos leer y habíamos estudiado matemáticas en casa, desde tiempo inmemorial. Yo fingí ser tonta, y sólo hice lo que me ordenaron [...] Empecé a dejar de ir a la escuela al menos dos veces por semana [...] Yo llevaba ya ausente de la escuela una semana, vomitando todas las mañanas ante la idea de tener que volver".
[...]"Mamá y papá no nos enviaron al colegio hasta que hubimos cumplido la edad establecida por la ley. Entonces ingresamos en la pequeña escuela pública del pueblo". [...]El primer curso, en su mayor parte, me resultó muy aburrido; Simon (el hermano gemelo de la protagonista) y yo ya sabíamos leer y habíamos estudiado matemáticas en casa, desde tiempo inmemorial. Yo fingí ser tonta, y sólo hice lo que me ordenaron [...] Empecé a dejar de ir a la escuela al menos dos veces por semana [...] Yo llevaba ya ausente de la escuela una semana, vomitando todas las mañanas ante la idea de tener que volver".
Kit Reed |
En el segundo cuento, Kit Reed nos narra la historia del adolescente Theron y su extraño caballo "Piggy", un híbrido inútil para el trabajo cuyo padre es un semental extraterrestre, que posee el don de inspirar, en sentido estricto, cuando lo monta a su joven amo poemas de belleza e intensidad que lo convierten en una promesa literaria. Y ello comporta que Theron deje de asistir a la escuela para poder seguir su vocación... Ignoro si la Sra. Reed comparte la teoría de la educación libre y del unschooling...
Siguiendo con referentes literarios, me permitirán citarles a dos escritoras catalanas del siglo XX, y juzgo que ambas conocidas y reconocidas: Mercè Rodoreda y Montserrat Roig.
Mercè Rodoreda es la autora de la famosa y traducida a muchas otras lenguas La plaza del Diamante, es probable que Uds. la hayan leído, o por lo menos visto su adaptación televisiva y cinematográfica. Rodoreda no sólo escribió narrativa -novelas y cuentos-, sino también teatro y poesía, e incluso en un momento de su vida dudó entre continuar con la literatura o emprender una vía artística, la pintura, en la que asimismo empezaba a destacar. Lo que quizás la mayoría de Uds. no sepa es que esta creadora no fue a la escuela, o dicho de otro modo, se educó en casa... también con la figura predominante de su abuelo -de manera análoga a la situación descrita en la novela de Zei- como preceptor y tutor. A fuer de ser estrictos, la misma Rodoreda nos cuenta que apenas fue ni dos cursos, no tan de niña, a una escuela de monjas, donde reconoce que no aprendió sino a coser y poca cosa más. Y lo hace en el programa televisivo de entrevistas "A fondo", dirigido por el veterano periodista Joaquín Soler Serrano, en TVE... Corría el año 1980...
Mercè Rodoreda |
Montserrat Roig |
Por su parte, Montserrat Roig vivió en su entorno familiar la educación doméstica de una de sus hermanas, que tenía necesidades educativas especiales. Nos lo cuenta en una de sus últimas apariciones públicas -la autora murió prematuramente de cáncer en 1991-, en el año 1988, en el programa también de entrevistas televisivas de su colega Josep Maria Espinàs -tanto Roig como el mismo Espinàs son escritores y periodistas- en TV3, Televisión de Catalunya. Les incrustamos el vídeo aquí debajo... En catalán...
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